
Prometimos no revelar nada. A ningún autor se le debe exigir explicar la razón de un título. En todo caso, ese minúsculo secreto queda guardado. Lo guardamos Carla y yo: hola, soy César, un sujeto extraño que un frío día de invierno fue bien recibido por Carla en Buenos Aires. Nada más verla supe que tendríamos mucho de que hablar, y que en todo caso a ella no le entraña ninguna dificultad el hacerlo. No creo que sea fácil dar con alguien con la facultad de hablar, y en paralelo enseñar, y al lado mismo de todo lo anterior convencer. Y ayudar. Creo que sin darte cuenta lo has hecho. No te voy a bautizar este diario en red, Como la calle de las prostitutas, con una sucesión de elogios a tus facultades, esas de sobra conocidas, prefiero hacerlo con un escueto agradecimiento por haber aparecido un dia: estabas detrás, casi en el hombro de alguien, pero enseguida diste un paso al frente y dijiste ¡hola!. No te preocupes que yo me encargo de que el adiós nunca aparezca. Pensé que había olvidado las reglas del juego, los signos elementales de las matemáticas, pero de nuevo vos me has enseñado la relevancia del sustantivo sumar. Sumemos...Desde hoy todos los de Carla nos mudamos a esta calle, la de las prostitutas.
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