…Hasta los 25 años el casillero de la profesión de los formularios bancarios y afines no tenía ningún peso para mi, yo sólo completaba con un escueto estudiante y asunto resuelto. Pero superada esa edad, y peor aún ingresando en la década de los treinta, esta situación se fue complejizando (este preludio se intitula: cargando mochilas nuevas según pasan los años).
Hace no mucho tiempo, un amigo, que además fue compañero de estudios, y al que no llamo colega porque no me siento a la altura, me ofreció la clave para resolver este problema. Fue tan convincente en sus argumentos que entendí que era mejor decir con exactitud soy comunicador/a que hacer el esfuerzo por evitar generar incertidumbre en nuestros interlocutores. Pues tomándome una licencia bastante importante, porque no recibiré el título hasta que no haga la bendita tesina, para todas las burocracias que me merodearon pasé a ser una COMUNICADORA.
¿Pero como es su traducción al francés? Comunicateur no me sonaba y entonces ante el apuro de los espacios en blanco de la carte de visiteur, no resident para la aduana decidí simplificar el asunto con un journaliste. En Buenos Aires, todos los que pasaron por los bancos de la facultad de Ciencias de la Comunicación lo hicieron alguna vez, aunque más no sea para conformar a algún mayor de
La argentina (como Alemania o Canadá) no parecía estar en la nómina de países que exporta gente de riesgo, pero (como Colombia o Chile) tampoco en la del que bien, estos traen platita. Simplemente de la Argentina no llegaba nadie (quizás por aire alguno que otro, pero por mar, jamás). Salvo por la fama mundial del señor Diego Armando por estos pagos somos un pueblo desconocido y lo desconocido amerita un momento de atención… sobre todo si de sopetón aparece una journaliste.
El interrogatorio duró bastante más que saliendo de Italia… el problema no parecía ser lo que pudiera traer (contrabando o mano de obra desempleada) sino lo que pudiera llevarme (información). Fueron varias personas las que acudieron al llamado de la señorita de la cabina de recepción para analizar mi caso.
En todos lados se cuecen habas, en todos lados hay tierrita para meter debajo de la alfombra, y aquí alfombras hay para tirar por el techo. En todos lados pasan cosas que los mandamases quieren que no se sepan en otros lados y, a nadie se le escapa ya que justamente, estas cuestiones son el objeto preferido de los buenos periodistas.
Vade retro libertad de prensa ¿qué es lo que busca la periodista argentina? Pues nada… vacacionar en un bello país y mi más bella sonrisa para convencerlos.
Gracias papi por los ojos celestes, gracias Jose por el corte de pelo (aunque lo que tenga ahora en la cabeza ya no atestigüe tu arte) y gracias Pablo por el visto bueno a mi pircing!! Fue todo lo que el supervisor apreció de mí antes de autorizar el sellado de mi pasaporte.
Lo cierto es que una vez adentro y sin tener pautas laborales que me obligaran a hurgar en las cuitas de las políticas públicas fue fácil advertir que los ciudadanos no gozan del derecho a la libertad de expresión.
Mis aptitudes como comunicadora me permitieron mantener conversaciones de lo más variadas, incluso sobre aquellos temas que es preferible hablar casi en silencio. En más de una oportunidad he constatado la paranoia por el cuidado que nos pueden oír.
Es verdad que las mujeres no pueden mencionar sus deseos sexuales, ni siquiera que tienen la regla y en general hablan por teléfono agazapadas para que no las oigan, pero el de eso no se habla sobrepasa el plano religioso. El dueño de un video club, muy bien puesto y con cartel luminoso a la calle, que en vez de rentar películas, las copia en DVD para su venta a un dinar y medio, me dijo -aquí está permitido todo menos hablar de política.
¿Cuál será el rol de los periódicos entonces? Lamentablemente no tengo los recursos para poder hacer ese análisis. Pero la impresión es que sus letras no hacen ningún barullo, a lo sumo alcanzan a susurrar alguna cuestión, no más interesante que aquello que se escucha con el accionar de manos veloces que intentan dividir las hojas de los diarios gratuitos que no salen cortadas desde
Aquí un documento de Amnesty Internacional del 23 de junio de este año:
TÚNEZ: Los defensores de los derechos humanos en la línea de fuego
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