Excepcionalmente sucede que alguna adversidad nocturna quiebra mi destreza para levantarme de buen humor y hoy me tocaba. Iba a atravesar mi peor día femenino y se manifestaba con rigor desde las primeras horas de
Por suerte la estación de donde salían los micros para Siracusa quedaba muy cerca del albergue, sino no hubiera tenido el coraje. Puse mi mejor voluntad para hacer de cuenta que nada sucedía y partí rumbo a la ciudad de origen griego. No voy a entrar en detalles, básicamente porque todavía conservo el buen gusto, pero ya en el trayecto de ida comprendí que no había sido una buena idea embarcarme en la aventura.
Pues aquí algunas fotitos de lo poco que pude ver de esa ciudad que probablemente sea adorable pero que yo no tuve el gusto… (para colmo estaba nublado).

Un mal día y basta! ¿Qué se le va a hacer?
A la noche, con menos dolores en el cuerpo, me propuse mimarme un poco y cené rico.
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