Ya en compañía de la bebé, paramos en un café donde encontramos a un amigo, otro padre novato. Como en su caso, es él mismo el que cuida del recién llegado a la familia se habló de los pormenores de la crianza, pero también de otras cuestiones… yo contenta de poder seguir la conversación e incluso de meter algún que otro bocadillo. Esto es para contarles que con el francés vengo de mil maravillas (no debería dejar de practicarlo).
Continuamos el paseo comprando regalos para la homenajeada, aunque mamá y tía también ligaron.
Volvimos a la casa para almorzar. Por la tarde sería yo la que llevaría a Julia muy pegadita al cuerpo. El portabebé de tela es cómodo porque no hace pesada la carga y te quedan los dos brazos libres, pero además ofrece una imagen tierna y eso se comprueba fácilmente, todo el mundo te sonríe.
Imagínense lo práctico que será este invento que pude hasta probar el fruto de la pasión con Julia a mi cargo. Ay, los helados de Pépé Luis, me pedí un cucurucho con dos bolas un gusto ya lo anticipé, el otro era caramel bonbon.
De regreso cantamos canciones de María Elena Walsh. Empecé por El Twist del Mono Liso…
¿Saben saben lo que hizo
el famoso Mono Liso?
A la orilla de una zanja
cazó viva una naranja.
Aunque se olvidó el cuchillo
en el dulce de membrillo
la cazó con tenedor.
La naranja se pasea
de la sala al comedor.
Y no me tires con cuchillo
tírame con tenedor.
la naranja le dio pena
fue tan bueno el Mono Liso
que de postre no la quiso.
ordenó a su comitiva
que se la guardaran viva
en el refrigerador.
La naranja se pasea…
con una paciencia china
la domaba día a día,
y la naranja no aprendía.
al fin la empujó un poquito
y dio su primer pasito
la naranja sin error
La naranja se pasea…
la mostraba por el piso,
otras veces, de visita,
la llevaba en su jaulita.
Pero un día entró un ladrón,
y se imaginan lo que hizo,
el valiente Mono Liso dijo:
"Ay, qué papelón".
La naranja se pasea…
A la corte del Rey Momo
fue a quejarse por el robo,
mentiroso, el rey prometeque la tiene el gran bonete.
de repente dice el mono:
"Allí está detrás del trono
la naranja que perdí".
al valiente Mono Liso
escondió en una sopera
la naranja paseandera.
pero a fuerza de tapioca
la naranja estaba loca
y este cuento se acabó.
…mi preferida cuando niña.
Sentada en un plato de plata
El cocinero la miró
y la Reina se abatató.
La Reina temblaba de miedo
el cocinero con el dedo
-que no, que sí, que sí, que no-
de mal humor la amenazó.
Pensaba
-ahora me pincha y me mata-.
Y el cocinero murmuró,
con esta sí me quedo yo.
que estaba afilando el cuchillo.
Y tanto, tanto se asustó
que rodó al suelo y se escondió.
Entonces llegó de la plaza
la nena menor de la casa.
Cuando buscaba su yo-yo
en un rincón la descubrió.
la puso a
Colita verde le brotó...
(a la Reina batata, a la nena: no)
Y esta canción se terminó.
En la actualidad, es esta la que más me gusta (y juro que no tiene nada que ver con los episodios de la política argentina del momento).
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