... EL GUSTO ES MIO

Mis memorias se tomaron vacaciones... y después del descanso qué difícil es retomar...

viernes, 23 de mayo de 2008

Si te levantás de buen humor...

Empezaba a componerse el tiempo… y ahora era yo la que flaqueaba. Me levanté después del mediodía. Pensé que no se habían percatado de mi presencia porque por lo general golpeaban las puertas y, con buena onda, gritaban bastante para hacer cumplir las reglas del lugar, y nada de eso había sucedido. Sin embargo cuando al fin conseguí salir, primero, de la cama, y luego de la habitación, descubrí que en un costadito de la mesa estaba el termo con agua caliente, el café y que me habían reservado pan, fiambre y algunas galletitas para que pudiera alimentarme (aunque no fuera ya la hora del desayuno).

Todos mis compañeros de cuarto (seis muchachotes y una dama) habían madrugado y sin testigos pudieron hacerse los tontos. Definitivamente di con la mejor hora para la ducha, acababan de terminar con la limpieza.

Esos mimos había que agradecerlos… Empecé pidiendo disculpas por todos los disturbios ocasionados, a lo que respondieron, cada uno con su aporte (parecía como si hubieran hablado del tema de antemano), que era el trato que correspondía para la única huésped que siempre se levanta de buen humor. Si bien es verdad que algunos metían miedo con el rumor del sueño en el rostro, el caso más complejo era el de Julio, y esto comparativamente me beneficiaba, el comentario no dejaba de sorprenderme.

Sorprendida como estaba agradecí y me quedé un rato charlando con ellos. A las cuatro y media de la tarde me encontraba con Beatrice e Italo, dos lindas personas que conocí en la Fiesta de los Pueblos, que trabajan en una organización que colabora con los inmigrantes africanos.

Para llegar a la piazza Mazzini atravesé toda la Roma del mapa turístico, y más…, el encuentro duró casi cuatro horas y no se privó de utilizar dos locaciones bien distintas (una confitería muy moderna y una taberna especialmente antigua que hicimos coincidir con la hora del aperitivo).

Estaba realmente a gusto y me hubiera quedado toda la noche con ellos, pero ya había arreglado otra cosa y a mi no me gusta plantar a nadie. Era viernes, en la Piazza Bologna había juerga, y Leo se había comprometido a llevarme hasta allá.

El festín fue de Vodka, Red Bull y Taralucci (un exquisito ingrediente para el copetín). Para el final algo de baile.

23 de mayo

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