... EL GUSTO ES MIO

Mis memorias se tomaron vacaciones... y después del descanso qué difícil es retomar...

jueves, 10 de julio de 2008

Salgo disparada...

En mi casilla de correos había mensajes por responder y definitivamente parecía ser cierto que Dios nos crea y el viento nos amontona… a todos en Barcelona. Uno de esos mails me informaba que otro amigo había recalado en la ciudad por algunos días y era una excelente idea concretar el tercer encuentro de nuestras vidas lejos de donde nos habíamos conocido. El apuro merecía un telefonazo y así lo hice. Aunque a primera vista parecía ser demasiado tarde… Ricky había llegado a BCN el mismo día que yo, cuatro horas más tarde, pero ya se estaba marchando para Francia. –Pero ¿a qué hora te vas? Quizás nos podemos tomar una cervecita antes. –Salgo a las tres y media para el aeropuerto. Eran las once de la mañana. –Estoy parando un poco lejos, pero puedo llegar a las doce a la Plaza Catalunya. -¿Por qué mejor no te venís conmigo? -­¿A dónde?

A Marseille nos fuimos… Tuve que armar mis maletas, despedirme de Isaac por medio de la palabra escrita y tomar el tren a gran velocidad.

Con la lengua afuera, pero a tiempo, llegué al Hard Rock Café donde me esperaba Ricky con todo resuelto. Eso significa, pasajes comprados y hotel reservado.



Tomamos un vuelo de Air France con destino a Bordeaux, allí cambiamos de avión. Lo bueno de este trámite fue que tuvimos tentempié por partida doble, sandwichitos de queso y del bueno.

Aunque en línea recta sean tan pocos kilómetros entre ambas ciudades, el viaje se hizo largísimo. Llegamos al aeropuerto cuando ya era de noche y todavía quedaba un largo trecho. No sé exactamente a que distancia nos encontrábamos del Hotel Tonic, donde nos hospedaríamos, pero casi 60 euros anuncian que no era a la vuelta de la esquina.

Para colmo, cuando estábamos por llegar, embotellamiento… El último tramo lo hicimos a paso de hombre, por suerte el paisaje era agradable.

7 de julio

No hay comentarios: